Nuestro hogar es nuestro refugio del mundo, un lugar para vivir en soledad, o para convivir con nuestra familia, y, para algunas personas, una inversión que esperan que les devuelva un importante retorno.
Buscando identificar cuáles son los factores que influyen en un comprador al momento de concretar la compra de una vivienda, encontramos que hay un espacio en el que influye el “factor emocional”, en el cual puede correrse el riesgo de tomar decisiones precipitadas cuando se “enamora” de la casa soñada. Se puede cometer uno de los errores típicos del pensamiento: creer que no puede haber nada mejor.
Cuando se visita una casa en venta, la mente puede caer en muchas trampas. Una de ellas es el “déficit de atención conjunta”: el ojo humano tiene, una visión central y una periférica. Si alguien nos señala algo, la visión central se impone sobre la periférica: la mente se fija en un punto, pero ignora otros. Si estamos concentrados en “algo” de la casa que nos guste, nuestra atención pasará por alto defectos, obras mal acabadas o cualquier otra información que pudiera hacer saltar las alarmas.
Como compradores, somos bombardeados de información, por ejemplo, recibiendo un folleto mientras nos hablan rápidamente; entonces nuestra mente entra en un proceso de diálogo interno, tratando de procesar la información y no reflexionamos sobre aquellas cosas “raras” que vimos cuando visitamos el lugar y que quedan almacenadas en el inconsciente, para alertarnos antes de tomar la decisión, eso es lo que se llama intuición.
Sin embargo, con el paso del tiempo, el avance de la tecnología, el manejo de información, las nuevas estrategias de marketing, entre otros, quienes buscan comprar vivienda hoy en día, son individuos más maduros, reflexivos y prudentes. Son personas que toman por lo menos seis meses para analizar las opciones de compra, adquieren nociones generales sobre el sector, estudian las posibilidades de crédito -si es que se necesita- y se perfila la casa a la que se puede acceder. De dar positivo el análisis, el siguiente paso es ponerse a buscar la vivienda al alcance. Un factor importante para ayudar a tomar la decisión de compra correcta, es la asesoría por parte de profesionales inmobiliarios de trayectoria, con conocimiento claro de las condiciones del mercado, que suministre al comprador la información precisa de todos los elementos que rodean la compra de un inmueble y que lo acompañe durante todo el proceso, de principio a fin.
Es evidente que en una compra-venta no solo hay números, sino también emociones, aunque teniendo en cuenta que la cantidad de dinero que va a ofrecer por el inmueble, sin embargo, no estará dictada por las emociones. La cifra saldrá de un análisis comparativo de mercado, que le proveerá su agente de bienes raíces. Este análisis se basa en el estudio de los “comparables”, las propiedades que se han vendido recientemente en el vecindario donde está comprando y con características similares a la que quiere (número de cuartos y baños, tamaño del terreno y del área vivible de la casa, estado de la vivienda, etc).
Un consejo para saber si se está haciendo una buena compra, es recordar la regla de oro del mercado de bienes raíces: “Location, location, location”. Aquí se toman en cuenta aspectos como: Cercanía al trabajo, Acceso a transporte público y vías principales, Valorización, Desarrollo, Cercanía a colegios y universidades; que servirán para agregar valor a la inversión.
Leave a Reply